Organización sin fines de lucro apoya a las mujeres de América Latina a ingresar al sector tecnológico

La organización sin fines de lucro, Laboratoria, tiene una misión clara: empoderar a las mujeres de América Latina que sueñan con un futuro mejor a comenzar y crecer en una carrera transformadora en tecnología. Pero el objetivo original era muy distinto. En sus inicios, Laboratoria era una modesta empresa de desarrollo web en Lima, Perú.

“Nuestros cofundadores empezaron a darse cuenta de que les costaba mucho encontrar desarrolladores, y cuando la gente se postulaba todos eran hombres”, mencionó Karen Kelly, Directora Regional de Partnerships en Laboratoria. También se dieron cuenta de que la mayoría de los candidatos no aprendieron desarrollo web ni programación en un entorno tradicional de enseñanza superior.

“La mayoría fueron autodidactas, y utilizaban videos de YouTube y recursos en línea”, señaló Kelly.

Esta observación ayudó a identificar dos brechas críticas en el panorama latinoamericano: la baja representación de mujeres talentosas en el ámbito de tecnología y la fuerte demanda de talento tecnológico en la región. Con una nueva visión de fomentar una economía digital más diversa, inclusiva y competitiva, nació Laboratoria, junto con una misión renovada para empoderar a las mujeres con las habilidades y oportunidades para seguir carreras transformadoras en tecnología.

Ahora, casi 10 años más tarde, las estadísticas de Laboratoria muestran que aproximadamente el 70% de sus estudiantes no tenían ingresos en el momento de postularse, y para aquellas que estaban empleadas, sus salarios crecieron 3.7 veces después de participar en su programa de bootcamp. 

“No deja de sorprenderme que este tipo de transformación económica y, por lo tanto, generacional, haya sido posible en tan solo seis meses”, mencionó Gabriela Rocha cofundadora y CEO de Laboratoria.

Esta organización sin fines de lucro ofrece bootcamps de inmersión de cinco a seis meses de duración en los que se adquieren competencias técnicas como el diseño de la experiencia del usuario (UX), el desarrollo web y el análisis de datos, pero también se enseñan habilidades esenciales para la vida.

“Muchas de nuestras estudiantes son madres o cuidadoras, y tienen que hacer malabarismos con un montón de cosas diferentes. Así que trabajamos no solo las habilidades tecnológicas, sino también las habilidades básicas que se necesitan para empezar un trabajo y sentirse seguras, las habilidades de comunicación necesarias y la destreza para aprender rápidamente”, indicó Kelly. Asimismo, agregó que estas mujeres deben adoptar una actitud de “bueno, aún no lo sé, pero puedo resolverlo”.

Camila Flores, una estudiante de Chile graduada del bootcamp de Laboratoria, practicó exactamente ese enfoque. Flores, quien antes fuera vendedora de helados, dijo que quería algo más que eso.

“Nunca me sentí satisfecha con mi trabajo. Quería algo que me desafiara y me diera libertad,” señaló Flores en un testimonio.

Nos cuenta que, aunque su camino de aprendizaje en tecnología con Laboratoria fue mucho más difícil de lo que esperaba, salió adelante.

“Estoy muy orgullosa de decir que estoy comenzando una nueva etapa en mi carrera como becaria de Quality Assurance. Nunca imaginé que mi vida cambiaría tanto en solo un año.”

Muchas candidatas se enfrentan a desafiar “estereotipos de género arraigados y barreras socioeconómicas que les impiden acceder a una educación de calidad y a oportunidades de empleo”, señaló Rocha.

Gabriela Sene es otra de las muchas historias de éxito surgidas de Laboratoria. Anteriormente representante de atención al cliente, Sene dio lo que ella describe como un salto “aterrador” al sector tecnológico gracias a la organización.

“Llevaba conmigo el sueño de explorar la tecnología como desarrolladora”, mencionó Sene.

Ahora ocupa con orgullo un puesto de analista de sistemas en Brasil. “Esta es la primera puerta abierta, y voy a hacer que valga la pena”, afirma.

Una vez finalizado el bootcamp, las graduadas son guiadas hacia empleos tecnológicos de calidad y el 77.5% de ellas consiguen un trabajo en el sector tecnológico. También pasan a formar parte de una comunidad de graduadas de más de 3,800 mujeres que se apoyan mutuamente para convertirse en futuras líderes del sector.

Laboratoria es una entidad sin fines de lucro que se basa en un modelo de colaboración con socios y donantes para garantizar su sostenibilidad financiera. La organización ha forjado alianzas estratégicas con empresas, como Scotiabank, que le ayudan a avanzar en su misión.

Como parte de su iniciativa ScotiaRISE (ScotiaINSPIRA), el Banco unió esfuerzos con Laboratoria en 2023 para ofrecer más oportunidades a las mujeres de América Latina de acceder a la capacitación y empleos en el floreciente sector tecnológico. ScotiaRISE (ScotiaINSPIRA) es la iniciativa de inversión en la comunidad de CAD$ 500 millones a 10 años de Scotiabank para fortalecer la resiliencia económica ayudando a las personas a superar los desafíos a los que se enfrentan para que puedan integrarse más en la economía.

“No hubiéramos podido hacerlo sin nuestros aliados”, afirma Kelly. “Estamos súper agradecidas de que Scotiabank aumentara el apoyo que recibíamos para enfocarnos en posibles nuevos mercados, y estamos profundizando conversaciones sobre lo que se puede hacer”.

“Los esfuerzos de Laboratoria por ayudar a las mujeres a través de la educación práctica, la capacitación, el networking y el apoyo a la confianza de las mujeres coinciden perfectamente con nuestro objetivo en ScotiaRISE (ScotiaINSPIRA) de ayudar a las personas a prepararse para trabajar, aumentar sus perspectivas de empleo y generar una mayor prosperidad en sus vidas”, indicó Maria Saros, Vicepresidenta y Jefa Global de Impacto Social en Scotiabank. “Estamos encantadas de apoyar este programa innovador para fomentar una mayor inclusión de las mujeres en el sector tecnológico en América Latina.”

De cara a cumplir 10 años desde su creación en Perú, Laboratoria ha expandido sus actividades a varios países, entre ellos Chile, México, Brasil, Colombia, Ecuador, Costa Rica, Panamá, Bolivia, Uruguay y Paraguay.

“Nuestro modelo depende mucho de lo que ocurre en el mundo: la pandemia fue un periodo decisivo, 2023 fue un año muy desafiante para el sector tecnológico, hubo despidos masivos y la economía se caracterizó por la desaceleración general”, señaló Kelly.

A pesar de enfrentarse a retos como las fluctuaciones económicas y los avances tecnológicos, la organización sigue siendo ágil y adapta continuamente su plan de estudios y capacitación para satisfacer las demandas cambiantes del sector.

“Manteniendo estrechos vínculos con las empresas que contratan y apoyando las iniciativas de participación de la comunidad, Laboratoria garantiza un apoyo continuo al crecimiento y desarrollo profesional de sus graduadas”, afirma Kelly.

Laboratoria reconoce que, si bien la demanda cambiará y evolucionará para siempre, el sector tecnológico seguirá siendo una fuente de oportunidades únicas en la región, impulsando los ambiciosos objetivos de la organización.  El próximo año promoverán el crecimiento de Laboratoria+, una comunidad para mujeres que quieren acelerar sus carreras y experimentar con nuevos productos. "Esperamos que muy pronto las empresas puedan encontrar todas sus necesidades de talento con nosotras", dijo Rocha.

La organización destaca audazmente su esperanza de transformar la cara del sector tecnológico. "Es urgente que abordemos la brecha de género ahora, junto a los empleadores y la sociedad en general. Más mujeres trabajando en tecnología significa más mujeres construyendo el futuro de nuestra región", puntualizó.